La primera victoria del Rosario se ganó durante la Batalla de Muret, el 12 de septiembre de 1213. Muret, un pequeño pueblo en el sur de Francia ubicado cerca de Toulouse, era un bastión de herejes albigenses. Gracias a los esfuerzos de santo Domingo y su Rosario, la secta hereje fue derrotada y la primera capilla dedicada al Rosario se estableció en la de Iglesia de Saint Jacques, donde santo Domingo rezó el Rosario durante la batalla.
Después de esta primera victoria del Rosario, la historia ha sido testigo de muchas batallas en las que esta devoción se utilizó como arma espiritual para derrotar al enemigo. Algunas de estas batallas han salvado naciones enteras, el centro mundial del cristianismo (el Vaticano) e incluso a la civilización occidental en su conjunto.
Basta mencionar la batalla de Kotor (1539), el gran asedio de Malta (1565), la batalla de Lepanto (1571), el asedio de La Rochelle (1627), la batalla de Filipinas (1646), la batalla de Viena (1683) y las batallas de Temesvar y Corfú (1716), para descubrir el poder del Rosario sobre las fuerzas del mal.
A lo largo de su historia, el Rosario también ha salvado a países y pueblos del flagelo de la guerra y de ideologías políticas opresivas, como fue el caso de Austria, en 1955; Brasil, en 1964; Filipinas, en 1986; y, en 2008, Colombia.
En los últimos 800 años, los vicarios de Cristo han recomendado incansablemente a los fieles rezar el Rosario.
Padre Donald Calloway, MIC1
1 El padre Calloway es un sacerdote americano, miembro de la Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción y autor de numerosos libros sobre la Virgen María.