En Zeitun, un barrio de El Cairo en Egipto, la noche del martes 2 de abril de 1968, a las 10:30 p.m., los mecánicos y conductores musulmanes de transporte público que llegaban a su garaje, justo enfrente de la iglesia, vieron de repente a una "señora de blanco arrodillada" cerca de la cruz en la parte superior de la cúpula.
Durante varias semanas, las apariciones de la Señora de blanco continuaron y la multitud reunida llegó hasta 250,000 personas, creando grandes congestionamientos de tráfico. Los musulmanes en gran número, recitando versos del Corán, se codearon con los cristianos que cantaban himnos coptos. La multitud se subió a los tejados y terrazas, y se agolpó en la calle. Las mujeres y los niños se quedaron despiertos toda la noche, mostrando una increíble resistencia física.
El día después de la primera aparición de la Señora, el 3 de abril de 1968, Farouk Mohammed Atwa fue al hospital para recibir la atención requerida por uno de sus dedos, amputado debido a la gangrena. Para sorpresa del cirujano, ¡estaba completamente curado!
Al abstenerse de cualquier mensaje explícito, la Virgen quería entregar una señal accesible a todos los egipcios, musulmanes y cristianos, ortodoxos, católicos o protestantes, creyentes y no creyentes. Su manifestación sería un estímulo para el diálogo ecuménico e interreligioso.
Muchos también lo vieron como un estímulo para la paz (Zeitun significa en árabe "aceitunas" y el olivo, cuya rama fue sostenida por la Virgen durante ciertas apariciones, es un símbolo de paz), después de la terrible Guerra de los Seis Días (1967), que había enlutado a Medio Oriente y causado una terrible humillación al mundo árabe. Después de la captura de Jerusalén por los israelíes, se hizo prácticamente imposible para los coptos peregrinar a los lugares santos.
Es notable esta última interpretación de la que se hace eco Jehan Sadat, la viuda del presidente egipcio asesinado, en su autobiografía titulada Una mujer de Egipto. Ahí hace decir a la Virgen María: "Pueblo de Egipto, sé que ya no podrás venir a verme a Jerusalén; así que yo vine a verte a El Cairo”.
El equipo de Marie de Nazareth