Soy viuda desde el 12 de julio de 2011. Después de 45 años de matrimonio feliz, mi esposo murió en el hospital, luego de 17 días de estar hospitalizado. Cuando llegué a casa y abrí la puerta, le dije a María: “De hoy en adelante, viviremos juntas. Entra Tú primero, yo te sigo”.
¡No experimenté ningún momento de soledad! María está aquí y me ofrece a su Hijo Jesús en la Palabra. Comienzo mi día con un Rosario. Rezo el Rosario y voy a Misa todos los días. Esta es mi vida ahora. Después de una salida, cuando regreso a casa, frente al icono de María Puerta del Cielo que está colgado en la pared de la entrada, canto o recito un avemaría u otra canción que se me venga a la mente.
Por invitación de san Luis María Grignon de Montfort, trato de hacer todo con, en, por y para María. La vida se vuelve más fácil, ya que solo somos dos quienes debemos tomar decisiones, hacer el trabajo, conocer gente y rezar por estas intenciones. Así es cómo, con todo mi corazón, le confío mi vida. Tengo 74 años y trato de vivir el día a día que Dios me da para amar y servir.
Permanezcamos unidos orando a Jesús por María.
Josette
Testimonio enviado por una suscriptora a Un minuto con María.