25 julio – Santiago, apóstol – Dalmacia: Nuestra Señora del Castillo

« María es mi afecto más antiguo »

El cura de Ars tiene la verdadera fe "católica". Recibe todo lo que es crudo. Esto guía su acción y determina sus elecciones. Ya que es la voluntad de Dios que María tenga un lugar entre los hombres que se dirigen hacia el Cielo, san Juan María Vianney le da a ella "todo" su lugar. Como ella todavía tiene un trabajo que hacer, él cuenta con ella. En otras palabras, su relación con la Virgen María no es del orden de la devoción privada, opcional. Es una parte integral de los elementos que deben mantenerse unidos para la realización de la obra de Salvación. Sin oponer la vida afectiva a la inteligencia de la fe, el Cura de Ars lo toma todo: “La Santísima Virgen es mi afecto más antiguo. ¡Ya la he amado incluso antes de conocerla! » 

La madre de san Juan María Vianney, María Béluse, ayudó, guió, y condujo a esta alma naturalmente dispuesta a un hermoso cumplimiento de su vida espiritual en la que la Virgen María encuentra su lugar. Sabemos que le costó entregar su rosario a su hermana Gothon "por el amor de Dios". Su madre lo reemplazó con una estatua de Nuestra Señora a la que estará muy apegado. "Nunca la dejó de día ni de noche", dijo Catherine Lassagne. Es delante de ella que reza cuando su madre lo encuentra a los cuatro años, en el establo de Dardilly (en el departamento de Ródano-Alpes). Es esta misma estatuilla la que arroja frente a él en el surco para darle corazón al trabajo ... Como le enseñó su madre, cuando escuchaba que el reloj tocaba la hora en la parroquia, se descubría y recitaba un Ave María. Mantendrá este hábito con sus feligreses. María lo acompaña durante su difícil ascenso al sacerdocio. "He extraído tantas veces de esta fuente (el corazón de la Santísima Virgen) que nada permanecería allí por mucho tiempo, si no fuera inagotable ..." Es una confianza que le gustaría contagiar.

Su camino de santidad puede inspirar a todos aquellos que quieran tomar en serio su vocación como seres humanos y creyentes, siguiendo a Cristo. Su vida, misión y camino de santidad hablan a muchos. Para algunos, será su forma de ser sacerdote, completamente entregado a Dios, completamente entregado a los demás. Para otros, será su sencillez de vida y su pobreza. Para otros tantos, su preocupación por los más pobres, los más vulnerables, incluida su compasión por los pecadores... Y cada uno podría completar por sí mismo lo que puede sacar de este corazón sacerdotal que sigue irradiando hoy en día el amor incondicional de Dios para todos.

Que en esta novena preparatoria del aniversario de su nacimiento al Cielo (4 de agosto), el santo Cura de Ars ilumine nuestro camino y nos permita seguir de cerca su ejemplo en la Tierra (donde esperamos...) así como en el “camino al Cielo” (¡lo que esperamos!)

Padre Frédéric VOLLAUD, excapellán del Santuario de Ars

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