Santa Brígida de Suecia (1303-1373) recibió extraordinarias "Revelaciones" del Señor, quien, sin embargo, le precisó que se debe hacer “una distinción entre la Escritura inspirada por el Espíritu Santo y los escritos piadosos de los cristianos. Solo los Evangelios reconocidos por la Iglesia han sido dictados por la Divina Sabiduría".
A mediados del siglo XIV, cuando vivió santa Brígida, la Virgen María le habló en particular de su Inmaculada Concepción: "La verdad es que fui concebida sin pecado original" (Libro VI, cap. 4). María también le revela que, en el momento de su concepción, su alma, al santificar su cuerpo, le contagió una alegría misteriosa e indescriptible a todo el ser de su madre (cap. 7).
La Santísima Virgen hizo esta otra revelación a santa Brígida: "No hay en el mundo pecadores que aun estando lejos de Dios, no regresen a Él y no encuentren el favor divino después de haberme invocado" (san Alfonso María de Ligorio, Las glorias de María, Ediciones San Pablo, 1997, pág. 76).
Equipo de Marie de Nazareth