En Filipinas, todos los años para el segundo domingo de octubre, se celebra una gran fiesta en honor de Nuestra Señora del Santísimo Rosario de La Naval de Manila. La fiesta se remonta al 8 de octubre de 1646 y su historia comienza con una estatua.
En 1593, don Luis Pérez Dasmarinas fue nombrado gobernador español en Filipinas. Poco después de asumir el cargo, perdió a su padre. Para honrar su memoria, quiso hacer una estatua de la Virgen. Le pidió entonces a su hombre de confianza, el capitán Hernando Coronel, que se hiciera cargo del proyecto. Este encontró un artista inmigrante chino. El artista se había convertido al cristianismo y tenía un profundo amor por la Santísima Virgen.
El escultor, cuyo nombre desafortunadamente se perdió, hizo una estatua de madera maciza de 1,50 m, usando marfil para el rostro y las manos de la Santísima Virgen y el Niño Jesús, y les dio rasgos asiáticos, recordando su origen étnico.
El gobernador amaba esta estatua dedicada a su difunto padre, quien ahora se invoca bajo el nombre de Nuestra Señora del Santísimo Rosario. Poco después, se lo ofreció a los dominicos, los cuales la colocaron en la Iglesia de Santo Domingo. Unos años más tarde, la República Holandesa, que quería establecer una ruta comercial más rápida a Asia, decidió anexarse las Filipinas, las cuales estaban en su ruta directa. Para ello construyeron una formidable flota naval y comenzaron a atacar la isla en 1646.
Las fuerzas filipinas solo tenían dos galeones para enfrentarse a la impresionante flota holandesa. Por tanto, comenzaron a rezar a la Virgen ante su estatua, pidiéndole su intercesión ante la inminente batalla. Habiéndose puesto bajo la protección de Nuestra Señora del Rosario, ofrecieron una serie de Rosarios, prometiendo que, si ganaban, irían descalzos en peregrinación a su santuario en la Iglesia de Santo Domingo en Manila.
Se produjeron cinco grandes batallas navales durante las cuales la pequeña fuerza naval filipina, compuesta por marineros españoles y filipinos, rechazó siempre a las fuerzas holandesas. Solo hubo 15 derrotas del lado de la armada española. Los holandeses capitularon y los agradecidos marineros filipinos y españoles cumplieron su voto yendo descalzos al Santuario de Nuestra Señora de Manila. La Virgen recibió el nombre de "La Naval" y su título oficial fue en adelante "Nuestra Señora del Santo Rosario de La Naval de Manila".
Adaptado de: Aleteia