La oración del Rosario facilita la unión con Dios en la soledad. También reúne a los cristianos como lo demuestra la existencia secular de las Cofradías del Rosario, de los Equipos del Rosario o de la Legión de María.
En Japón, las comunidades cristianas mantuvieron la fe en ausencia de sacerdotes, durante dos siglos, gracias al rezo del Rosario. A partir de 1614, los misioneros dominicos sufrieron el martirio. En el siglo XIX, cuando se reanudó la evangelización, los misioneros se sorprendieron al descubrir que los cristianos seguían celebrando a Jesucristo en Japón, rezando juntos los misterios del Rosario.
Muchos niños encuentran paz y tranquilidad a través de esta oración. Los sistemas educativos rara vez dejan espacio para la interioridad. Los métodos de meditación para niños se están poniendo de moda en un esfuerzo por calmarlos en medio de una avalancha de actividades y estímulos. La oración del Rosario ofrece una paz habitada por Jesús. ¿Por qué no pensar en regalar, para la Primera Comunión y la Confirmación, un hermoso rosario que el niño pueda guardar por el resto de su vida?
La fe es luz en medio de las tinieblas de la enfermedad y la muerte. Como sacerdote, admiro el poder educativo y espiritual del Rosario durante la enfermedad y el duelo. A los enfermos y a los presos les recuerdo su misión de orar por la Iglesia y por el mundo. Se convierten así en agentes de la historia porque los acontecimientos también se relacionan con la Providencia que responde a la oración.
¿De dónde viene este apego al rezo del Rosario? Millones de católicos de los cinco continentes dan testimonio de las gracias recibidas al meditar sobre los acontecimientos y las palabras de Jesús de la mano de su Madre, la Virgen María.
P. Manuel Rivero, O.P., Saint-Denis (La Réunion) 1 de octubre de 2020.
Adaptado de: Zenit