Cuando los pastores llegaron al pesebre, estoy absolutamente seguro de que no acudieron inmediatamente a ver al niño Jesús: han de haber mirado primero a la Virgen María, a sus ojos, y luego ella les habrá mostrado a su Hijo. Entonces habrán mirado a Jesús con sus propios ojos.
Intenta contemplar los misterios del Evangelio con los ojos de la Virgen. Si piensas en la muerte de Cristo en la cruz, puedes pensar que ya agotaste todas sus profundidades. Entonces dices: ¿con qué ojos habrá mirado la Virgen a su Hijo en la cruz? Y le rezas: "ayúdame a entender las cosas un poco como tú las entiendes".
La Virgen, así, ya no está ante ti como la realización de esa santidad que tanto admiras. Ahora ella te coloca bajo su manto y te arropa, para ayudarte a contemplar todos los misterios de Cristo como ella los ve.
Cardenal Charles Journet
Teólogo católico suizo de lengua francesa (1891-1975).
Entrevistas sobre María, Ed. Parole et Silence, 2001.