María en el centro de la espera de Israel

La espera del Mesías en la oración de la Virgen, en el corazón de Israel, es también una espera para el mundo entero, para todas las naciones, como recuerda con fuerza el libro del profeta Isaías, en sus profecías mesiánicas:

"Te he formado y te he dado como alianza de los pueblos, como luz de las naciones" (Is 42,6).

"Él será la luz de las naciones y el conocimiento de nuestro Dios llenará toda la tierra" (Is 49,3).

“Es muy poco que seas mi siervo para levantar a las tribus de Jacob y traer de vuelta a los sobrevivientes de Israel. Te hago luz de las naciones para que mi Salvación llegue hasta los confines de la tierra” (Is 49,6).

“Las naciones caminarán en tu luz y los reyes en tu luz del amanecer. Levanta los ojos y mira: todos están reunidos, vienen a ti. Las riquezas del mar fluirán hacia ti y los tesoros de las naciones llegarán a ti. Multitud de camellos te cubrirán, bestias de Madián y de Efa; todos vendrán de Sabá, trayendo oro e incienso, y proclamando las alabanzas del Señor” (Is 60,1-6).

“Él gobernará de mar a mar, desde el río hasta los confines de la tierra. Su nombre será bendito para siempre, ¡perdurará bajo el sol! En él serán benditos todos los pueblos de la tierra y todos los gentiles le dirán bienaventurado” (Sal 72,1-17).

Equipo de Marie de Nazareth