Todos conocen las principales recomendaciones formuladas por las autoridades sanitarias para limitar la propagación del coronavirus. Pero a esto podríamos agregar una recomendación espiritual: llevar consigo una imagen de la Virgen María y rezar regularmente.
Este último consejo es el mismo que dio San Juan Bosco en Turín durante la epidemia del cólera que afectó a la ciudad en 1854. El sacerdote italiano mandó entonces a los jóvenes que había reunido para visitar a los enfermos que llevaran consigo una imagen de la Virgen y que rezaran regularmente.
Ninguno de ellos fue infectado. Si bien las dos epidemias no son absolutamente comparables, su consejo, sin embargo, sigue siendo válido: actuar humildemente con fe y confiar en la Madre de Dios.
Adaptado de un artículo de: Aleteia