“Les dije que no podían lograr sus objetivos practicando el mal, porque el mal solo puede conducir al mal", dijo monseñor Fonten Esua, arzobispo de Bamenda en el noroeste de Camerún, en una entrevista para la televisión nacional de Camerún después de su reciente secuestro.
De hecho, Mons. Esua fue secuestrado el 25 de junio de 2019 y liberado al día siguiente. Regresaba de una gira pastoral de unos días cuando un grupo de rebeldes separatistas (los chicos amba) detuvieron su automóvil cerca del pueblo de Belo-Njikwe en Camerún.
El obispo Esua intentó explicar a los separatistas que había tratado de quitar la barrera colocada al otro lado de la carretera, como lo había hecho con otros cuatro puntos de control rebeldes, porque tenía que regresar a la arquidiócesis después de cinco días de ausencia.
“De repente, un grupo rebelde en motocicletas llegó gritando y amenazando. Querían intimidar a mi conductor. Les dije que no lo tocaran y que, si querían molestar a alguien, que me molestaran a mí”, dijo el arzobispo, quien fue secuestrado, pero dijo que lo trataron bien.
“Pasé toda la noche rezando el Rosario”, dijo una vez liberado, al día siguiente, después de una conversación telefónica con el “general” de los rebeldes. “Le dije que no podían lograr sus objetivos practicando el mal, porque el mal solo puede conducir al mal. Y Dios no escuchará sus oraciones si siguen haciendo el mal, porque no debemos hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros”.
Yaoundé (Agencia Fides, 6/7/2019)