¿Tienes problemas para rezar el Rosario? Si es así, no eres el único. Créeme, yo he luchado con este problema durante años. Sabía que el Rosario era importante, ¡pero no me gustaba para nada rezarlo!
¡A veces uno tiene la impresión de que rezar el Rosario es estar "repitiendo una ristra de palabras"! De hecho, una de las críticas hechas al Rosario es que sería solo una "repetición vana". En su libro, El primer amor del mundo: María, Madre de Dios, el venerable arzobispo Fulton Sheen (antiguo obispo auxiliar de Nueva York, EE. UU.) responde a los que consideran el Rosario una repetición monótona.
Sirviéndose del ejemplo de un marido que le dice a su esposa “te quiero” o el de una madre que le dice a su hijo "eres un buen niño", Sheen subraya que cada vez que rezamos el Rosario, las palabras tienen un significado diferente. Le decimos "te amo" a Dios, a la Trinidad, a Jesús y a María. Cada cuenta (o cada decena) cambia de significado cuando contemplamos un nuevo aspecto del amor de Jesús o de María.
Antes de comenzar el Rosario, ¡debemos pedirle a nuestra Santísima Madre que nos ayude a orar con devoción! Si te resulta difícil, intenta aplicar este consejo y verás el resultado. Puede tomar un poco de tiempo, pero la perseverancia finalmente dará sus frutos. La próxima vez que tomes tu rosario, imagina que vas tomado de la mano de María a visitar a Jesús. Porque cuando rezamos el Rosario, ¡eso es exactamente lo que sucede!
Gary Zima, periodista católico americano, autor de numerosos libros sobre la fe.
Extracto de un artículo aparecido el 9 de julio de 2012.