A raíz del incendio que sufrió la catedral de Nuestra Señora de París, el Ministro del Interior francés dijo que "Notre Dame no era una catedral". Unas semanas más tarde, monseñor Michel Aupetit dio una homilía, de la cual publicamos a continuación algunos extractos:
“Sí, esta catedral es un lugar de culto, es su propio y único propósito. No hay turistas en Notre Dame (1), porque este término es a menudo peyorativo y no corresponde con el misterio que empuja a la humanidad a buscar un más allá. Este bien cultural, esta riqueza espiritual, no puede reducirse a un bien patrimonial. Esta catedral, una obra común al servicio de todos, es solo el reflejo de las piedras vivas que son todos aquellos que entran en ella”.
“¿Puede la ignorancia o la ideología realmente separar a la cultura del culto? La propia etimología muestra el fuerte vínculo entre los dos. Lo digo con firmeza: una cultura sin culto se convierte en una incultura. Basta ver la ignorancia religiosa abismal de nuestros contemporáneos debido a la exclusión de la noción divina y el nombre mismo de Dios en la esfera pública, invocando un secularismo que excluye cualquier dimensión espiritual visible”.
“Como cualquier edificio, la catedral posee una piedra angular que sostiene todo el edificio. Esta piedra angular es Cristo. Si removiéramos esa piedra, la catedral colapsaría. Sería una concha vacía, un estuche sin joyas, un esqueleto sin vida, un cuerpo sin alma”.
“La catedral es fruto del genio humano, es una obra maestra del hombre”.
“La persona humana es fruto del genio divino. Es la obra maestra de Dios”.
“Cuando los dos se unen en la persona de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, la Alianza entre lo trascendente y lo inmanente (Cielo y Tierra) se realiza verdaderamente. Es aquí y ahora, en esta catedral, en cada una de nuestras celebraciones de la Eucaristía, que se realiza esa Alianza, cuando el cuerpo de Cristo compartido por todos nos abre a la vida eterna”.
“Resulta insuficiente decir que nos sentimos felices de celebrar esta Misa para dar a Dios lo que es de Dios y al hombre su vocación sublime”.
(1) Nuestra Señora de París, Francia
Monseñor Michel Aupetit, arzobispo de París.
Extractos de la homilía en la Misa de conmemoración de la consagración de la Catedral de Nuestra Señora de París el 15 de junio de 2019.