En el suroeste de Montenegro (país de los Balcanes, sureste de Europa), los turistas se esfuerzan por visitar una iglesia como ninguna otra.
En medio de las salidas de la ciudad de Kotor, frente al pueblo de Perast, hay una isla artificial. ¿Su nombre? Nuestra Señora de la Roca Este pequeño pedazo de tierra, que se puede visitar en pocos minutos, continúa atrayendo a turistas y peregrinos porque su historia es fascinante.
Todo comenzó en el siglo XV cuando dos pescadores se encontraron con un icono que representaba a la Virgen María y a Jesucristo en una roca. Sorprendidos por el hallazgo, deciden llevarlo a casa. Cuál no es su sorpresa cuando su tercer hermano, gravemente enfermo, comienza a sanar. Sin duda: ¡solo puede ser un milagro!
Para agradecer a la Virgen María, los hermanos, ayudados por los habitantes de la región, decidieron construir una iglesia católica alrededor de la famosa roca, es decir, en medio de la bahía. "Primero se vieron obligados a construir una isla —explica Slavena Asanovic, una guía montenegrina que habla francés—. Tuvieron que colocar grandes piedras alrededor de la roca. Su construcción duró más de dos siglos. La iglesia y la isla —que por cierto llevan el mismo nombre— se completaron y se abrieron a los peregrinos en 1630". Y agrega: "La Virgen María es una santa muy importante para los católicos u ortodoxos montenegrinos. Ella protege a los marineros, pescadores y navegantes".
Hoy, nadie sabe dónde está el icono. Pero una réplica fue hecha por un pintor montenegrino. Está en el altar mayor de la iglesia.