En Cannes (Côte d'Azur, Francia), en el año 1639, el hijo de quince años de Jacques Arluc, el cirujano de la ciudad, es víctima de un derrame cerebral que lo priva de la vista, del habla y de toda sensibilidad. Durante tres días, el joven está al borde de la muerte con mucha fiebre.
Después de tres días, desesperando de la ayuda de su propio arte y de la ayuda de los médicos de la época que consideran que el joven está muerto, Jacques Arluc se arrodilla y pide la intercesión de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Bargemon, en una oración intensa y llena de confianza. Promete a la Virgen llevarle a su hijo si vuelve a la vida.
Pues, incluso antes de que terminara su oración, la fiebre abandonó al paciente que volvió en sí, recuperando la vista y el uso de la palabra. Unos días más tarde, tras haber recuperado perfectamente la salud, el joven acompañado por su padre fue a Bargemon (Var) para agradecer él mismo su curación.
Extracto de Le Trésor inconnu (El tesoro desconocido), Hno. Raphael, Editions Bénédictines, p53