Sacudida por los escándalos, señalada por los medios de comunicación, la Iglesia está en crisis. Entrevista con Guillaume d'Alançon, un fiel laico que le propone un camino de oración a la Iglesia.
Guillaume d'Alançon, casado y padre de familia, aspira a no perder el mensaje cristiano: la santidad es para todos..., siempre y cuando vivan de acuerdo con el magisterio de la Iglesia. Además de su actividad profesional, él ha fundado el "Hogar Louis y Zélie", lugares de escucha para familias con sufrimiento espiritual y moral. Pero, junto con muchos sacerdotes, es consciente de que el sacerdocio también es atacado por las fuerzas del mundo: "Tengo muchos amigos sacerdotes fieles, admirables, que cumplen su misión con humildad día tras día. Es importante que nosotros, los laicos, los apoyemos con oración y sacrificios, para que sigan siendo fuertes en la fe y estén bien armados para la lucha espiritual que están afrontando".
Por eso inició una novena a “la Virgen María que guarda a los sacerdotes”. Originalmente estaba dirigida solo a los sacerdotes, pero los mensajes recibidos lo llevaron a darla a conocer a los fieles: "Es fundamental orar a la Virgen. ¿Cómo podemos vivir sin una madre? Cristo necesitaba una madre, ¿cómo podríamos nosotros prescindir de Ella?”.
Y ya que Jesús nos ha confiado a María, nosotros podemos pedirle ayuda. Para hacer que los sacerdotes “toquen la ternura de la Virgen”, Guillaume también lanzó, con la sociedad Jean-Marie-Vianney, el proyecto de una estatua de “María que guarda a los sacerdotes’, en la casa sacerdotal de Ars.