En 1945, Viena, capital de Austria, se dividió en cuatro zonas de ocupación. Esa situación duró 10 años, sin que ninguna solución se hubiera podido encontrar. De repente, inexplicablemente, los rusos (uno de los ocupantes) ¡firmaron un tratado y decidieron abandonar Austria!
Un periodista alemán dio esta explicación: “Un modesto religioso vienés lanzó la cruzada del Rosario con espíritu de expiación. Todas las clases y todas las edades de la sociedad participaron en esta cruzada del Rosario, para obtener la liberación del país, para expulsar al Ejército Rojo... Si los hombres de Estado y los historiadores no pueden encontrar en esta retirada rusa ninguna explicación, ¡cómo no ver en ella el efecto de la oración del Rosario por parte de todo un pueblo!”.
Muchos cristianos bien informados sostienen que fue a través de la oración, después de que esta se intensificó en Polonia, que Dios concedió la liberación de los países de Europa del Este en 1989.
Monseñor Rudolf Graber, obispo de Ratisbona (Alemania). Palabras de 1990.
En Fioretti de la Vierge Marie (Florecillas de la Virgen María) por el hermano Albert Pfleger. Epèse Diffusion, págs. 133-134.