Este es el mensaje que la Virgen María dio a Sebastián Fausto de Faria, en Natividade (Brasil), el 12 de julio de 1968:
"Yo soy la mensajera de la fe y del amor para la cristiandad traumatizada por la discordia, en medio de una humanidad amenazada en su espiritualidad. A la Iglesia de mi Hijo, guardiana y primer intérprete de su doctrina, y de la cual también soy la Madre, le dirijo la siguiente exhortación:
Que, sin renunciar a su esencia y sus valores fundamentales, persiga con sabiduría y prudencia la adaptación de su acción a los tiempos actuales, para cumplir mejor su misión espiritual, la misión sagrada, especialmente la evangelizadora. [...] Que sea restablecida la primacía de la adoración a Dios y a mi Hijo, y que se invoque a aquellos cuya vida santa es fuente permanente de virtudes. [...] Que se respeten las iglesias y la jerarquía, que se acoja la autoridad de las decisiones episcopales, principalmente la del más grande: Pedro. ¡Que nos cuidemos de los incendiarios de la fe y del rigorismo en el seno de la Iglesia misma!
Mensaje del 12 julio 1968. Apariciones de Myriam, Madre Inmaculada de Jesús a Sebastián Fausto de Faria en Natividade (Brasil), en 1968 (culto autorizado).