14 febrero – Francia, Pellevoisin: Nuestra Señora de las rosas (1876)

Una misión muy necesaria para la Iglesia

Los adoradores comparten la vida de María y la misión de oración al pie del Santísimo Sacramento: es la más bella de todas las misiones. También es la más santa porque es el ejercicio de todas las virtudes. Es muy necesaria para la Iglesia, la cual necesita aún más de almas de oración que de predicadores; de hombres de penitencia que de hombres elocuentes.

Hoy, más que nunca, necesitamos hombres que, por su propia inmolación, desarmen la ira de Dios, irritado por los crímenes cada vez más numerosos de las naciones: necesitamos almas que, a través de sus acciones, abran los tesoros de la gracia que tiene retenidos la indiferencia religiosa generalizada. Necesitamos verdaderos adoradores, es decir, hombres de fuego y sacrificio.

Cuando haya muchos alrededor de su Jefe divino, Dios será glorificado, Jesús amado; las sociedades volverán a ser cristianas, conquistadas para Jesucristo por el apostolado de la oración eucarística.

San Julián Eymard

Adoperp

Suscribirse es fácil (y también darse de baja).
No lo dudes: suscríbete hoy. ¡Es gratuito!