En el siglo V, en Ferrières en Gâtinais (centro de Francia), tuvo lugar una aparición del Niño Jesús en el pesebre de Belén, cargado por la Santísima Virgen María y san José a su lado, en el momento de la vigilia de Navidad, cuando tres monjes, Altin, Savinien y Potentien llegaron a evangelizar a los habitantes de esta región de Orleans, cerca de Montargis.
Sacudido por esta aparición milagrosa, que vino a confirmar sus principios evangelizadores, uno de ellos, Savinien, exclamó: “¡Este es un nuevo Belén!”. Este hecho milagroso fue mencionado en una carta de Clovis (465-511) y en un libro escrito por Loup, abad de Ferrieres, en el 850. El papa Gregorio XV lo consagró en una bula de 1622.
La capilla dedicada a Nuestra Señora se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinaciones y numerosas conversiones. Trágicamente destruida por los hunos de Atila, la iglesia fue reconstruida bajo Clovis, incluso antes de su conversión y su bautismo. El Santuario de Nuestra Señora de Belén, muy querido por la reina Clotilde, la esposa de Clovis, fue reconstruido y ampliado durante la dinastía merovingia. Su influencia fue tal que incluso dos reyes carolingios, Louis III y Carlomagno, fueron coronados allí. Una segunda iglesia, que tiene rango de basílica, dedicada a los apóstoles Pedro y Pablo, fue consagrada en 1163 por el papa Alejandro III.
Además, la abadía contigua a las iglesias de Nuestra Señora y San Pedro-San Pablo, se convirtió en un centro de estudio particularmente importante y reconocido. Los ingleses, durante la Guerra de los Cien Años, quemaron la abadía y los santuarios.
Estos habían sido difíciles de reconstruir cuando los hugonotes llegaron a su vez con su propia devastación. A pesar de haber sobrevivido tanta furia bárbara, fue entre 1810 y 1830, después de la venta del lugar como "propiedad nacional", que la abadía fue completamente demolida. Afortunadamente, hay dos iglesias, San Pedro y San Pablo, que se han convertido en una iglesia parroquial.
La iglesia de Belén de Nuestra Señora es uno de los "santuarios con respiro"1 existentes en Francia, pues cerca de ahí había un cementerio de niños nacidos muertos. Cada año se celebran peregrinaciones, especialmente para el 8 de septiembre, en la celebración de la Natividad de María.
1 Un santuario “à répit” es un tipo de lugar santo que se encuentra en un país de tradición católica. Según la creencia popular en algunas provincias, el “répit” es para un niño nacido muerto, un regreso temporal a la vida, para que pueda recibir el Bautismo antes de su muerte definitiva.
Adaptado de: France