La festividad de la Virgen de los motociclistas, puesta bajo la protección de la Virgen María, tuvo lugar por primera vez en septiembre de 1979, tras la iniciativa del abad Luis Prévoteau, sacerdote bretón, en su pueblo de Porcaro (Bretaña, Francia).
El sacerdote, que entonces tenía 44 años, llegó a la comuna en 1967. En 1971, el presidente del club motociclista de Rennes (capital de Bretaña), a quien conocía desde hacía veinte años, le ofreció su primera moto.
Pero el abad quería hacer algo por los motociclistas cuyo entorno apreciaba. Se da cuenta de su necesidad de espiritualidad, de su búsqueda de sentido y de su conciencia de la fragilidad de la vida. Los accidentes fueron numerosos en la década de 1970. Así fue como nació la Madonna de los motociclistas. Entonces construye un santuario (un perdón, en bretón) para la Madonna de los motociclistas.
De unos pocos cientos de devotos, al principio, la Virgen después llega a tener varios miles en más de 20,000 lugares. En 2012 la Virgen es consagrada y coronada por monseñor Centène, obispo de la diócesis, en nombre del papa Benedicto XVI. La Virgen de los motociclistas está reconocida por la Iglesia como un santuario mariano privilegiado.
Los motociclistas vienen de toda Francia y Europa. “Sigue siendo un misterio. Es una de las reuniones más grandes de Francia y una de las peregrinaciones más grandes de Europa, organizada por personas que no son motociclistas”, según declaraciones de uno de los organizadores. La asistencia requiere una logística considerable y la obligación de estructurar el evento. Cientos de voluntarios, sin los cuales nada sería posible, se movilizan cada año.
En la festividad de la Asunción en 2019, esto es, el 15 de agosto, hubo entre 10,000 y 12,000 motociclistas que hicieron el viaje y recibieron la bendición.
Adaptado de: ouest France