En Siracusa, Sicilia (Italia), una pareja, Angelo Lannuso y Antonia Giusto, había colocado debajo de su cama un bajorrelieve en yeso del Inmaculado Corazón de María.
Nada parecía distinguirlo de los demás. Pero veamos lo que sigue:
Del 29 de agosto al 1 de septiembre de 1953, la pequeña imagen comenzó a llorar. La pareja se asombra. Los vecinos desconfían. Sin embargo, el fenómeno se repite ante la vista de los curiosos, al principio incrédulos. Algunos creyentes fueron curados milagrosamente con unas gotas de lágrimas.
Se envió a un equipo científico, el cual descubrió que las lágrimas eran lágrimas humanas. Una cámara habría filmado el asombroso fenómeno.
En definitiva, María lloraba a través del yeso.
¡Este milagro ahora atrae a muchos visitantes, en un imponente santuario, muy moderno, bendecido por los papas!