A los treinta años, cuando Jesús regresa a la aldea, ¡sorprende al anunciar la Palabra de Dios! A partir de la vida cotidiana Jesús se arraigó en el nuevo amor que Dios vino a traernos por su medio. ¡Pero todavía nos falta recibirlo!
Hoy como ayer, es difícil para nosotros hablar de Dios a aquellos que creen que sabemos todo acerca de Él. En el caso de Jesús, san Juan Crisóstomo dijo: "La gente de Nazaret lo admira, pero esta admiración en lugar de inspirar su fe, inspira los celos, es como si se dijeran a sí mismos: '¿Por qué él y no yo?’. Jesús conoció a aquellos que, en lugar de escucharlo, se escandalizaron por sus palabras. Parientes, amigos y vecinos que le eran queridos. A ellos no logrará hacerles escuchar su mensaje de salvación.
Las personas de Nazaret fueron interrogadas por él, ellas conocían a su padre José, el carpintero, el esposo de María. Este buen artesano debía ser apreciado, pues se mantuvo siempre unido al corazón de Dios y a sus hermanos en su trabajo. Se daba de corazón al trabajo porque estaba prendado de amor a Jesús y María, y en ellos encontraba toda su energía. A través del corazón de María, su amor fue al corazón del Padre en el Espíritu Santo (...).
Padre Gilbert Adam: Sacerdote de la Comunidad del Arche de Jean Vanier