Veamos un extracto de la oración de santa Catalina de Siena, el día de la Anunciación de 1379:
"Todavía vemos en ti hoy, oh María, la fuerza y la libertad del hombre; porque es después de la deliberación de la augusta Trinidad que un ángel es enviado para anunciarte el misterio de los consejos divinos y pedir tu consentimiento. Antes de descender a tu seno, el Hijo de Dios apela a tu libertad; aguarda a la puerta de tu voluntad, te somete el deseo de vivir en ti y nunca habría entrado, si no le hubieses dicho: ‘He aquí la sierva del Señor, hágase en mi según tu palabra’ (Lucas 1, 38).
¿No es esta una prueba de la fuerza y la libertad de la voluntad? Nada bueno o malo puede hacerse sin ella. Ni el diablo ni ninguna criatura la inducen al mal, si ella no se convierte en su cómplice; y nadie puede obligarla al bien, si ella quiere resistirse. La voluntad del hombre es libre.
Oh María, Dios Todopoderoso estaba llamando a tu puerta y, si Tú no le hubieras abierto tu voluntad, Él no habría tomado la naturaleza humana. Oh alma mía, estás llena de confusión, al ver que Dios hace contigo un pacto y una alianza en María.
Ahora debes entender que Quien te hizo sin ti no puede salvarte sin ti, ya que se dirigió a la voluntad de María y esperó su consentimiento”.
Santa Catalina de Siena