Nacido en Bulgaria y criado en Constantinopla, san Juan Koukouzelis (+ 1360) dejó su puesto de cantor en la corte del emperador bizantino para convertirse en un monje del Monte Athos, en el norte de Grecia. Al principio cantaba solo para las cabras y los animales de las colinas que se reunían en torno a él para escucharle, pero cuando se descubrió su talento fue nombrado responsable del coro.
La historia cuenta que un día, después de una larga sesión de canto durante la velada del himno Acatista – una ceremonia para alabar a la Madre de Dios ante su icono, que tenía lugar el quinto sábado de Cuaresma - san Juan se durmió en su silla. La Virgen se le apareció y le dijo: «Canta para mí y no te abandonaré», y le puso una moneda de oro en la mano. ¡Cuando despertó, se dio cuenta de que la moneda era real!
Juan Koukouzelis es uno de los grandes himnógrafos, o compositores de música sacra de la Iglesia Ortodoxa. Su contribución litúrgica es muy importante. El icono de María del monasterio ante el que cantaba y meditaba se llama Koukouzelisa, en memoria del nombre de su amado cantor. Se le celebra el 1 de octubre, día de la festividad del santo.
Información tomada del sitio del Monte Athos