2 de septiembre – Alemania: Nuestra Señora de las Ortigas (1441)

Esos días en que los santos no bastan

Hay días en que los patronos y los santos no bastan. Entonces, debemos armarnos de valor y hablar directamente con quien está por encima de todos. Ser valientes. ¡De una vez!

Dirigirse con audacia a quien es infinitamente bella; porque también es infinitamente buena. A Ella que intercede por nosotros. La única que puede hablar sobre la autoridad de una madre. Hablar con valentía a alguien que es infinitamente pura, porque también es infinitamente dulce…

A quien es infinitamente noble, porque también es infinitamente cortés y acogedora. Acogedora como el sacerdote que en el umbral de la iglesia va al encuentro del recién nacido, el día de su bautismo, para introducirlo en la casa de Dios. (...)

A quien es la Madre y la Reina de los ángeles, porque Ella también es la Madre y la Reina de los hombres.

A quien es infinitamente alegre, porque también es infinitamente dolorosa. Setenta y siete veces setenta dolorosa. A quien es tan conmovedora, porque también ha sido infinitamente conmovida. A quien es toda grandeza y toda fe, porque también es toda caridad. A quien es toda fe y toda caridad, porque también es toda esperanza.

A quien es María, porque está llena de gracia. A quien está llena de gracia, porque está con nosotros. A quien está con nosotros, porque el Señor está con Ella.

Charles Péguy 

Extracto de La puerta del misterio de la segunda virtud (Le Porche du Mystère de la deuxième vertu)

Suscribirse es fácil (y también darse de baja).
No lo dudes: suscríbete hoy. ¡Es gratuito!