Cuentan que el 25 de marzo de 1370, un barco que venía de Cataluña (España) se encontraba en dificultades frente a la costa de Cagliari (Cerdeña) debido a una repentina tormenta; para evitar que el barco se hundiera se debió aligerarlo tirando la carga al mar, entre ella iba una caja voluminosa. En el momento que esta última tocó el agua, la tormenta se calmó y la caja llegó tranquilamente a la playa de Cagliari.
Los hermanos del convento, en la colina de Bonaria (Cerdeña), en lo alto de la playa, abrieron la caja y encontraron en el interior una gran estatua de la Virgen María en madera, teniendo en un brazo al Niño Jesús, y en la otra mano una vela encendida. La Virgen recibió el nombre de Nuestra Señora de Bonaria.
La devoción por la Virgen de Bonaria se propagó rápidamente tanto en Cerdeña como entre los marinos españoles. Así la Virgen de Bonaria se convirtió en una destinación para los peregrinos, un punto de cohesión para los sardos, la protectora de los navegadores y la patrona más importante de Cerdeña.
Los hermanos mercedarios se establecieron en la colina en 1335: ahí siguen ¡siete siglos después! Sabemos que San Pedro Nolasco fundó la Orden en Barcelona en 1218 con el deseo de liberar a los cristianos esclavos de los musulmanes.
Equipo de Marie de Nazareth