En este tiempo de rechazo de Dios, de la verdad de la religión, la Virgen María víctima de tanta blasfema e insultos de parte de personas ignorantes y espiritualmente pérfidas, sigue siendo para el mundo de los creyentes el emblema de la victoria contra el diablo y la muerte que él desencadenó en la humanidad.
La mujer del Apocalipsis, vestida de sol, la luna a sus pies y coronada de doce estrellas, la nueva Eva, aplastará ahora y por siempre la cabeza de la serpiente de la cual saldrán gritos e insultos.
Es cierto que el gran éxito de las revoluciones occidentales ha sido portador de esperanza para un cierto número de movimientos de reivindicaciones nacionales de pueblos del tercer mundo en contra de gobiernos despóticos paro las preguntas más importantes siguen siendo las siguientes:
¿Estas revoluciones o al menos estos movimientos consiguieron la mejora de las condiciones de la vida de las poblaciones o más bien hicieron que el país cayera bajo el yugo de nuevas dictaduras?
Alain Andréa, periodista en Líbano