« Nadie que persevere irá al infierno»

Santo Domingo una vez predicaba en Carcassonne (sur de Francia) cuando le trajeron un hereje, quien por haber condenado la devoción al Rosario, fue invadido por los demonios.

Santo Domingo ordenó a los demonios que dijeran si todo lo que él predicaba sobre el Rosario era verdad, y ellos dando alaridos respondieron, "Escuchen, Cristianos, todo lo que este hombre, nuestro enemigo, dice acerca de María y el Rosario, es perfectamente cierto.” Y agregaron: María, la Madre de Dios, es nuestra mayor enemiga; Ella nos trastoca todos nuestros planes; sin Ella, nosotros ya hubiéramos derrumbado mil veces a toda la Iglesia.”

Luego confesaron que no podían hacer nada con respecto a los siervos de María y que había muchos que, a pesar de sus fallas, se salvaron a sí mismos al invocar el nombre de María, y terminaron diciendo: “Estamos obligados a declarar que ninguno de los que perseveran en la devoción a María y al Santo Rosario no se van al infierno, porque la Santísima Virgen llega a los pecadores antes de su muerte, un verdadero arrepentimiento.”

D’après Le chapelet des enfants