14 junio – Lituania: Apariciones a Francisca-Romana Macuys en Skiemoniai (1962, culto fomentado por Mons. Preikas)

El escapulario como protección

Antes de ingresar al convento, una joven fue a ver al cura de Ars (Francia) para hecer una confesión general. Durante la confesión, el santo sacerdote le dijo:


- Debes recordar un baile al que asististe hace poco tiempo. En este baile, conociste a un joven encantador, de modales distinguidos, desconocido de todos y que todas las bailarinas se disputaban.

- ¡Sí, lo recuerdo!

- A ti te hubiera gustado que te invitara a bailar, pero él nunca lo hizo y prefirió a las demás, lo cual te puso celosa.

- De hecho, padre...

- Y probablemente recuerdes que cuando se fue, viste bajo sus pies dos llamas azules, que tomaste como un espejismo...

- Así es, padre.

- Bueno, hija mía, pues este joven era un demonio. ¿Y sabes por qué no te invitó a bailar? Por el escapulario que llevabas contigo y que por devoción a María has guardado como protección.

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