San Felipe Neri (1515-1595, italiano) era frecuentemente consultado por los obispos para reconocer la autenticidad de los místicos.
Un día, uno de los penitentes le confió que la Santísima Virgen venía a verlo a su habitación en las noches, lo que lo llenaba de ¡alegría y luz! Felipe le dijo: La próxima vez que venga le escupirás en la cara…
La noche siguiente la aparición le habló de Dios… recordando la promesa hecha a su director le escupió en la cara… desapareció inmediatamente en una nube de azufre… ( era el demonio).
Esa misma noche, se despertó nuevamente, la habitación llena de luz con una nueva aparición que le sonreía… Esta vez no estaba sentada sobre la cama, estaba en un rincón de la pieza y como quiso escupirle de nuevo, escuchó decir: Escupe si quieres. No pudo hacerlo pues estaba muy lejos, ella lo felicitó por su obediencia a su director espiritual... Ella sí es la Virgen María, le dijo el Padre Neri…
En Etoile Notre Dame
n° 148, octubre 2006