«Que los iconoclastas modernos mediten el siguiente hecho ocurrido durante la Guerra Civil Española (1936-1939).
Los anarquistas "purificando" una ciudad de todos sus objetos religiosos tratan también de derrocar la estatua de la Virgen. ¡En vano! Un poder misterioso la sostiene. Entonces uno de ellos, impulsado por su fanatismo, se sube a la base de la estatua para decapitarla. Su maniobra da resultado, para deleite de sus compañeros que exhalan su odio contra la religión alrededor de la estatua mutilada.
Pocas semanas más tarde, el anarquista va al médico y le muestra la mano... Al verla el médico se exclama consternado. "Pero son manchas de lepra". El médico sigue perplejo. Busca entender: "¿Has tenido contacto con leprosos? - No. - ¿Tienes contacto con extranjeros de África o Asia? - No. - ¿Desde cuándo notaste estas manchas en tus manos? »
Ante estas palabras, el infeliz se deshace en lágrimas y admite que los síntomas se manifestaron el día en que profanó la estatua de Nuestra Señora. »
G. Pasquali S.S.P.
En: Quando Dio dice basta (Cuando Dios dice basta)