Cuando María está… sobre la luna

Cuando lo conocí, Thiam ya era un anciano que tenía un taller de escultura en una de las casetas del mercado de artistas en el pueblo de Soumbédioune, fuera de la ciudad de Dakar en Senegal... De religión musulmana, había sido, sin embargo, uno de los escultores más solicitados del padre Abbé cuando se tuvieron que elaborar las estatuas de la abadía benedictina de Keur-Moussa (Senegal). Después de unos treinta años de servicio bueno y leal, finalmente terminó pidiéndoles a los monjes su libertad como artista, la cual obviamente le fue otorgada. Continuó creando objetos sublimes ante los que, en mi casa, éramos muy sensibles, por lo cual no era raro que me apurara a visitarlo o a recoger las obras encargadas.

Pronto, los objetos no fueron más que un pretexto para la conversación o para la palabrería, si lo prefieren, y tan pronto como podía, me detenía un momento en su choza donde me ofrecía su taburete para no ensuciar mi atuendo de marinero. Mientras él seguía trabajando, sentado con las piernas cruzadas sobre la arena, hablábamos de religión, por supuesto, y debo confesar que no eludía la conversación cuando nos arriesgábamos a comparaciones entre nuestras respectivas creencias.

Luego, un día le dije que me habían transferido y que me iba. Me hizo prometer que volvería para despedirme, lo que hice, por supuesto. Me estaba esperando con un regalo. "Ten", me dijo, “la Virgen y el Niño sobre la media luna musulmana, como imagen de nuestra amistad".

Hubert de Gévigney : Contre-amiral (2S) de la Marine française