Familia Misionera invita a sus amigos a rezar el Rosario en este mes de octubre para proteger a la Iglesia en este momento de tormenta y para defenderla de los ataques del demonio.
El Papa Francisco pidió a los católicos, se dice en las Noticias del Vaticano, que rezaran el Rosario todos los días para que la Virgen María pueda ayudar a la Iglesia en estos tiempos de crisis y que rezaran también al arcángel san Miguel para que la defienda de los ataques del Diablo (...). Invitó a concluir el Rosario con una de las invocaciones más antiguas a la Santa Madre de Dios, "Sub Tuum Praesidium", y con la oración tradicional a san Miguel, escrita por León XIII.
¿Hemos llegado al clímax de la gran batalla entre el cielo y el infierno? ¡No podemos afirmarlo! Pero en los últimos meses se han revelado grandes escándalos y solo pueden explicarse mediante una acción concertada de los demonios. Recordemos la visión del papa León XIII, el 13 de octubre de 1884 (33 años antes del gran milagro del sol en Fátima, el 13 de octubre de 1917).
El Papa permaneció inmóvil durante 10 minutos al final de la misa que acababa de celebrar el 13 de octubre de 1884. Corrió a su despacho sin dar ninguna explicación a sus familiares que lo vieron ponerse lívido. Inmediatamente compuso una oración a san Miguel Arcángel, con la instrucción de que se recitara después de todas las misas.
Más tarde, el Papa dio este testimonio: “después de la misa, escuché dos voces: una voz dulce y buena; la otra gutural y dura. Fue el diablo quien habló al Señor, como en un diálogo. Esto es lo que escuché.
– La voz gutural, la voz de Satanás en su orgullo, gritándole al Señor: "Puedo destruir tu Iglesia”.
– La voz dulce del Señor: "¿Puedes? Entonces, hazlo”.
– Satanás: "Para eso necesito más tiempo y poder”
– Nuestro Señor: "¿Cuánto tiempo? ¿Cuánto poder?”.
– Satanás: "de 75 a 100 años y mayor poder sobre quienes se pongan a mi servicio”.
Jesús le dio a Satanás permiso para actuar, para "destruir su Iglesia", según la expresión del Demonio; pero no le dijo cómo se lo impediría en el momento en que él creyera que lo había logrado: por medio del triunfo del Inmaculado Corazón de María.
Padre Bernard Domini: Superior de la Famille Missionnaire de Notre-Dame