Antes de mi boda, compartía apartamento con otras dos mujeres católicas. Cada una de nosotras debía tomar sus propias decisiones para su vida. Casi todas las noches nos reuníamos para rezar el Rosario.
En los momentos difíciles, rezamos la novena de Nuestra Señora desata nudos. Esta novena invita a quien ora a depositar los pesados "nudos" de sus vidas a los pies de Nuestra Señora y pedirle que los presente a su Hijo, para que pueda deshacerlos. Más allá de la simple "solución del problema", el propósito de la oración es la pedir las gracias necesarias para evitar que el nudo, sea cual sea, nos separe de Cristo.
Desde que me confié a la intercesión de María, durante mis estudios y ahora que estoy cerca de los treinta años, soy cada vez más consciente del regalo verdaderamente incalculable que la humanidad ha recibido en María, nuestra madre. "Quédate muy cerca de Nuestra Señora", nos aconsejó Madre Teresa de Calcuta.
Hablando en Roma en 1979, el papa Juan Pablo II dijo: "¡Queridos jóvenes! ¡Seguid viviendo en la verdad y por la verdad! Que la Santísima Virgen, trono de la Sabiduría, Madre de la Palabra, que ilumina a cada hombre, te ayude, ilumine y te consuele. "(Traducido del francés)