Si los Ángeles coronan a María, es porque ella es reina, reina de todo el Universo creado, por consiguiente, tambien reina de esos Ángeles que la glorifican a su manera, como una diadema. El fundamento histórico y teológico de este reino mariano es conocido: María es la madre del Hijo del Altísimo (Lc 1, 32), la madre del Señor mismo (Lc 1, 43), ella es asociada por El a su misión real que se extiende a todo el universo visible e invisible. (Jn 2,11; 19, 27).
Es importante ver que la Madre del Señor no es reina de una manera honorifica, su título corresponde a su acción concreta, a su libre y frecuentemente dolorosa participación en la obra de Redención realizada por su Hijo. (…).
Podríamos pedir a la Reina de los Ángeles volvernos más atentos y sensibles a las inspiraciones de esos espíritus angélicos, comenzando por supuesto con las de nuestro propio Ángel de la guarda. Deberíamos también rezar con más frecuencia a los Ángeles, ya que ellos nos pueden ayudar a amar mejor y servir a su Rey y a su Reina, que son también los nuestros.
Hermano Bernard-Marie, o.f.s.
Extracto del Boletín L'Œuvre des Campagnes n°205 – Enero, Febrero, Marzo 2003.