10 octubre – Consagración de Luxemburgo a María, consoladora de los afligidos (1666)

Mientras el Papa no haya rezado su Rosario…

Todos los Papas, después de Santo Domingo, han evocado el Rosario! Entre ellos el Papa Pio XI (Papa de 1922 a 1939) aconsejaba: “Digan a sus sacerdotes que recen mucho. Mientras el Papa no rece su Rosario, su jornada no termina (…) El Rosario es el medio privilegiado entre todos los demás para procurar el regreso a Cristo de los individuos, las familias y las naciones. (…) Es un arma poderosa para cazar a los demonios: para conservar la integridad de la vida, para adquirir más fácilmente la virtud, en una palabra para obtener la verdadera paz a los hombres”. En la Encíclica de 1938 sobre el Rosario dice: “¿Cómo no podemos esperar todo si usamos este método divino con exactitud y piedad?”

El Papa Pio XII (Papa de 1939 a 1958) en Ingruentium malorum escribe: “No debemos dudar en afirmar públicamente que Nosotros tenemos esperanza en el Santo Rosario, para liberar al mundo del odio que lo destroza, de la ignorancia que lo ciega, de la impureza que lo asfixia, para construir la civilización del amor, del amor de Dios y del prójimo”.

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