El 4 de noviembre de 1696, un icono en la iglesia parroquial de la pequeña ciudad de Pócs en Hungría, comenzó a derramar lágrimas. Muchos testigos hicieron una declaración jurada para atestiguar este hecho.
Sobre este milagro corrían rumores en la corte de Viena en Austria. El Emperador de Austria envió entonces la imagen mariana y la expuso en la Catedral de San Esteban de Viena. Gracias a este icono, la piedad mariana creció entre el pueblo austriaco, especialmente después de la batalla de Zenta contra las tropas del sultán turco, que tuvo lugar en 1697 en la provincia de Vojvodina, en la actual Serbia.
De hecho, esta batalla fue decisiva durante la guerra austro-turca y una de las peores derrotas jamás infligidas al Imperio Otomano. Fue una gran victoria donde mucha gente vio claramente la intercesión de la Madre de Dios
La devoción a Nuestra Señora de Pötsch se mantiene viva en Austria, y aun más en la antigua localidad de Pocs, en Hungría, donde hay una copia que también lloró en 1715 y en 1905. Pócs es actualmente uno de los grandes centros de peregrinación del país y el más importante santuario de los fieles greco-católicos de Hungría.