« Mi experiencia con María fue marcada por mi madre y por un sacerdote de mi parroquia, el Padre Sabino.
Con mi madre rezábamos el rosario todas las tardes, de rodillas, y cantábamos el oficio de la Virgen todos los sábados. A la edad de 83 años, el año de su muerte, mi madre fue hospitalizada, sumida en coma más de una semana. Cuando fui a verla al hospital, el médico me dijo: "Tu madre puede morir en cualquier momento, así como puede despertar." Mientras yo rezaba el rosario en el pasillo. ¡Para mi sorpresa y alegría, mamá regresó a su estado normal! Dando gracias a Jesús y a María, invité a mis hermanas, que estaban presentes, a rezar conmigo el Oficio de Nuestra Señora. En ese preciso instante mi madre empezó a orar, en voz alta y clara, hasta el momento de su último suspiro.
En cuanto al padre Sabino, él rezaba el rosario varias veces al día. Hablando con uno de sus viejos amigos del seminario, a quien le hacía una visita, me enteré que ambos rezaban el Rosario completo todos los días. Eso fue en 1947, cuando yo era un subdiácono. Hasta esa fecha yo rezaba el rosario, pero a partir de entonces comencé a rezarlo también todos los días. »
Monseñor Manuel Edmilson da Cruz: Obispo emérito de Limoeiro do Norte, Brasil
Entrevista exclusiva de Thácio Siqueira par Un Minuto con María