La fecha del 29 de mayo 1930 no es muy conocida en la historia de Fátima (Portugal). Sin embargo, esta es una fecha importante, casi tan importante como las del 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. De hecho, pocos días antes del 29 de mayo la Virgen se apareció a Lucía, novicia de las hermanas Dorotea en Tui ( Portugal), para indicarle que había llegado el momento de pedirle al Santo Padre el reconocimiento de la comunión reparadora de los primeros sábados del mes.
Esta solicitud era la culminación de varias intervenciones celestes desde 1917, además de la del 10 de diciembre de 1925 en Pontevedra, donde la Virgen, como había prometido, apareció a Lucía, postulante de las hermanas Dorotea, para darle los detalles de la devoción del primer sábado del mes y pedirle que se iniciara su propagación.
Inmediatamente, Lucía confió todo a su confesor, Don Lino Garcia. El 15 de febrero de 1926, siempre en Pontevedra, el Niño Jesús se apareció a Lucía; a petición suya, él suaviza las condiciones que había establecido la Santa Virgen dos meses antes y confirma la voluntad del cielo de difundir esta devoción
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