Charles Péguy (1873-1914), escritor místico francés, era ateo y muy cercano del socialismo antes de convertirse al cristianismo. Rezará toda su vida por la conversión de su esposa. Morirá en combate durante la Primera Guerra Mundial. Su esposa aceptará el bautismo un año después.
En junio de 1912, su hijo, Pierre, cae gravemente enfermo. Péguy hace una promesa y va en peregrinación a Chartres.
“Mi viejo, escribía a su amigo Lotte, sentía que era algo grave… Hice un peregrinaje a Chartres… Recorrí 144 kms. en tres días… Veía el campanario de Chartres a 17 kms. en la planicie… Desde que lo vi, fue para mí un éxtasis. No sentía nada, ni la fatiga, ni mis pies. Todas mis impurezas se vinieron abajo de golpe, era yo otro hombre. Recé una hora en la Catedral el sábado en la noche, recé una hora el domingo en la mañana antes de la misa… Recé como nunca lo había hecho, pude rezar por mis enemigos… Mi niño fue salvado, le he dado los tres a Nuestra Señora. Yo no puedo ocuparme de todo… Mis pequeños no han sido bautizados. Es tarea de la Santísima Virgen.”
Sacado de La Médaille Miraculeuse, (La Medalla Milagrosa) N°65