Carlomagno había colocado su gloria y salvación bajo la protección de Nuestra Señora. En el año 778, después de la famosa campaña española, realiza la limpieza de los últimos focos sarracenos del sur de Francia. Pero un príncipe sarraceno llamado Mirat se resiste. En todas las citaciones para rendirse, este musulmán responde con orgullo: "Yo preferiría la muerte a la vergüenza de la rendición".
Desalentado, Carlomagno iba a levantar el sitio cuando su capellán, obispo de Puy, consigue subir a la ciudadela como Parlamentario. Al llegar cerca de Mirat, le dijo: "Ya que no quiere ir a Carlomagno, el más grande de los príncipes, reconozca al menos como soberano a la más noble de las Señoras que haya existido jamás, Santa María de Puy, Madre de Dios. Yo soy su servidor, sea usted su caballero".
Sin vacilar, Mirat dijo que estaba dispuesto a entregar las armas al servidor de la Virgen y a recibir el bautismo, a condición de que su condado no le fuera suprimido nunca, ni a él ni a sus descendientes sino por Ella sola. Carlomagno confirmó el acuerdo. Mirat recibió el bautismo de manos del obispo de Le Puy y tomó el nombre de Lorda (rosa en árabe), que luego se convirtió en "Lourdes".
Marquis de La Franquerie
Tomado de La Vierge Marie dans l’histoire de France – Resiac.