Sergei Bulgakov, que en el momento más álgido de la furia del ateísmo, le pidió al Patriarca Tikhon que quería ser sacerdote, fue ordenado para Pentecostés en 1918, publicó este curioso diálogo, "El festín de los dioses" en el libro "De Profundis "consagrado por los teólogos y pensadores de la Revolución rusa. En él se lee:
El hombre de letras: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? Rusia está viva. Cristo la recorre, como antes, bajo la figura de un esclavo, sin apariencia ni belleza. (...) El alma rusa reconoce su voz y con alegría inefable cayó a sus pies. Aparte de esta fe, esta esperanza, no tenemos nada. El suelo ruso ha sido hollado por la Madre de Dios. »
El errante concluye: "Un hombre de mi familia me dijo que los días de octubre (1917), mientras rezaba fervientemente la imagen de la Madre de Dios en su corazón resonaron de un modo absolutamente claro estas palabras: Rusia está salvada.
(...) Que no hay que temer por Rusia, ya que Rusia está salvada por el poder de la Madre de Dios. Y eso, créeme, toda la Rusia ortodoxa lo siente claramente. »
Tomado del libro De profundis, de Serge Boulgakov, publicado en octubre 1918 en Moscú