Dios escogió a San José para ser el apoyo de la Madre Virginal y el padre adoptivo de Cristo.
San José protegió y sirvió a la Madre de Dios con una pureza virginal. Fue, como lo dice San Bernardo, “el servidor fiel y prudente que el Señor nombró como apoyo de su Madre, el padre que alimentó su humanidad y el único fiel colaborador sobre la tierra de los designios de Dios.”
La Sagrada Escritura celebra su bondad (Mateo 1,19) y narra la solicitud piadosa con la cual tomó un lugar tan importante en la vida del Señor y de la Madre de Dios. Por esta solicitud piadosa nosotros invocamos a San José, para que proteja a la cristiandad como protegió a Cristo y a María.
Además de la fiesta del 19 de marzo, la Iglesia lo honra como el patrón celestial de los trabajadores el 1° de mayo. La piedad de los cristianos ha consagrado todo el mes de marzo a venerarlo…