Que tus pensamientos se vuelvan continuamente hacia María, como el pensamiento de los niños que aman a su madre, pídele que te ayude y que te haga profundizar tu fe, tu lealtad hacia la Iglesia, tu apego a los sacramentos y también que te guarde de caer en pecado.
(…) Yo les pido desarrollar ese estado espiritual, de manera que cuando sus vidas lleguen a su final, la práctica de una vida entera les sostenga y les reconforte en el momento en que más lo necesiten, entonces estarán listos a honrar a Dios en el Cielo al lado de Ella.
Les invito a enseñar esa devoción en sus hogares. Asegúrense que una estatua o un cuadro de Nuestra Señora ocupen un lugar importante. Háblenles a sus hijos, de manera que su familia permanezca unida en torno a ella. Háblenles a sus amigos (…). No teman, y aun menos tengan vergüenza de decir lo que piensan o sienten sobre la Madre de Dios…
Australia fue consagrada a Nuestra Señora bajo el título de Socorro de los Cristianos… La paz nos fue dada el 15 de agosto de 1945, en la festividad de la Asunción de la Virgen María a los cielos.
Cardenal James Darcy Freeman : Arzobispo de Sidney (Australia), 11 febrero 1973, en la festividad de Nuestra Señora de Lourdes. Recueil marial 1976 (Traducido del francés.)