Ustedes han visto el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacéis lo que os digo, muchas almas se salvarán y habrá paz. La guerra terminará, pero si no dejan de ofender a Dios, bajo el papado de Pío XI comenzará una peor.
Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la guerra, del hambre y de la persecución en contra de la Iglesia y del Santo Padre.
Para evitar esto, yo vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los primeros sábados del mes. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, (...) el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas..
Al final mi Corazón Inmaculado triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz.
Nuestra Señora de Fátima.
Palabras que la Virgen María, Nuestra Señora de Fátima, pronunció el viernes 13 de julio de 1917, durante su tercera aparición a los 3 pastorcitos, a quienes acababa de mostrarles el infierno.
Fatima