Un sacerdote de Fátima (Portugal) relata un encuentro que le impresionó fuertemente: En nuestra casa, donde yo me ocupaba de los huéspedes de paso, noté que una pareja iba con frecuencia a la capilla de las apariciones a rezar el rosario. En cambio, nunca asistieron a la misa. Les pregunté por qué. Ellos respondieron:
"Somos luteranos protestantes. Leemos la Sagrada Escritura. Pero no es suficiente para nosotros. Queremos meditar aún más las enseñanzas del Nuevo Testamento. Por casualidad, el folleto de Juan XXIII sobre el Rosario nos cayó en las manos y en él hemos encontrado lo que buscábamos.
Ahora leemos los textos de la Biblia a diario, pero también meditamos los grandes misterios de la vida de Jesucristo y en particular los del Rosario.- ¿Pero pueden meditarlos sin el rosario? - Por supuesto, pero con el rosario, es más fácil. La oración al aire libre es un bastón de viajero en el que nos apoyamos al entrar en la región desconocida de los misterios.
Incluso entre nosotros, cuando hay dificultades, ¡después de una decena del rosario, todo va mejor! Nuestra discrepancia resulta mínima frente a los grandes misterios de Dios.”
Petrusblatt - Berlin, octobre 1968.