“Zesús” dijo, señalando con su dedo

El 17 de enero de 1871, María se apareció en Pontmain, Francia, a 40 kms. de donde estaba la armada francesa desbandada después de la derrota de Mans (situada en el Oeste de Francia).

No lejos de ahí se encuentra Pontmain, aldea de menos de cien habitantes. Desde las 6:00 p.m. hasta las 9:00 p.m. en la plaza de la iglesia, dos niños y después muchos otros, ven sobre el techo de un granero, una figura que sonríe en medio de un cielo despejado y estrellado. Cada quince minutos, los niños se reúnen, así como los adultos (que no ven nada), hasta que un bebé grita señalando con su dedo “Zesús”, la sola palabra que conoce. Dos religiosas y el párroco se unen a los cincuenta testigos (tres cuartas partes del pueblo).

Durante la liturgia improvisada en el frio (rosarios, letanías, himnos marianos, cantos…) Nuestra Señora, silenciosa devela un sencillo mensaje a sus pies: “recen hijos míos, Dios os escuchará dentro de muy poco tiempo. Mi Hijo se dejará conmover”.

Tres días después ese 17 de enero, contra toda lógica, los prusianos se rendían y el armisticio se firma el 28.

Dom Courau

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