En Quito, en Ecuador, Nuestra Señora es venerada bajo la invocación de “María Santísima del Buen Suceso”. El origen del santuario remonta a las revelaciones asombrosas recibidas por la Madre Mariana de Jesús Torres (1553-1635) que fue abadesa y una de las fundadoras del Monasterio Real de la Inmaculada Concepción de Quito. Ella atravesó grandes pruebas, hasta ser prisionera por ¡religiosas rebeldes! Entre 1588 y 1634 fue favorecida por las apariciones de la Virgen María.
Ofreció su vida para reparar las herejías y la falta de piedad del Siglo XX que le fueron reveladas por adelantado. Muchos mensajes anunciaban la acción de los masones de los cuales el primer grupo (Rosacruz ) nació en Inglaterra a finales del Siglo XVI.
Los mensajes anunciaban los ataques contra los sacramentos así como un ataque contra la familia y la invasión de la impureza. También anunciaban la gran devoción mariana del futuro. La Virgen María predijo también el dogma de la Inmaculada Concepción y el de la infalibilidad papal.
El Equipo de María de Nazaret