“La devoción mariana ha estado muy presente en mi vida, desde mi infancia, cuando era monaguillo y hasta el día de hoy en mi vida de adulto.
Cuando me convertí en monje lo que atrajo mi atención eran todas las abadías cistercienses, ya que desde el origen llevaban el nombre de Nuestra Señora y el hecho de tener el nombre de María en mi monasterio ¡me emocionaba particularmente!
Me sentí muy marcado, sobre todo al inicio de mi noviciado, cuando cantábamos el saludo a María con el Salve Regina al final del día, después de las últimas oraciones al pie de la estatua de la Santísima Virgen que se quedaba iluminada en el gran silencio de la noche. Es una hermosa tradición de la vida monástica.
Me gusta mucho la imagen de Nuestra Señora, madre de los cistercienses, representada en el Cielo con un manto muy ancho que cobija a os religiosos de la Orden y los acoge a todos.
Todo esto me ha marcado y me ha ayudado a recibir a María como Madre.”
Monseñor Orani João Tempesta, arzobispo de Rio de Janeiro
Entrevista exclusiva de Thácio Siqueira para Un Minuto con María